Ha pasado una semana desde que
volví desde la TGC’14 mi primer ultra de la temporada, han pasado siete días en
los que el cuerpo y la cabeza se han tomado un pequeño respiro de todo el
estrés acumulado meses atrás.
Ahora en frío aparecen tantas
preguntas , preguntas que solo nosotros mismos somos capaces de responder e incluso a veces somos incapaces de dar una respuesta escrita o construida
en palabras y solo nos queda la opción de responder con un sentimiento difícil de compartir.
Es curioso como el cuerpo humano se
adapta a una serie de exigencias físicas y Psíquicas de tan alto nivel durante
tantas horas, sabe regularse más de lo que nosotros creemos con la única
necesidad de hidratarlo y nutrirlo. En este tipo de pruebas en las que tantas
horas estamos expuestos a un gran esfuerzo todo pasa por la fuerza mental, si
eres capaz de controlar todos los avisos que nuestro cuerpo nos da durante las horas de ejercicio tendremos solventados muchos de esos problemas
que serían causas de abandono si no los sabemos gestionar.
Lo que sabemos es que nos gusta,
aceptamos el dolor y malestar conforme van cayendo las horas, aceptamos que durante los
días posteriores a la carrera sufriremos un estrés articular/muscular en
nuestros cuerpos que nos costará unos días de inactividad, y lo curioso es que
una vez damos el primer paso desde la salida empezamos a disfrutar con el afán de terminar
cuanto antes, y es entonces es cuando deberíamos de preguntarnos, ¿por qué si
estamos disfrutando queremos acabar cuanto antes? Porque quizás cuanto antes
acabemos antes empezamos a pensar en el próximo objetivo, antes empezamos a
valorar lo realizado y sobre todo antes empezaremos a volver a ser nosotros
mismos!
Ahora a buscar el próximo destino...