jueves, 25 de diciembre de 2014

Benasque Versión 2.0

Escribir no es fácil cuando las emociones siguen latentes, emociones que están cargadas de fuertes pendientes esquiadas desde la ignorancia de un vacío infinito, emociones creadas a golpe de piolet sobre corredores donde el crujir del hielo era el único sustento a la vida efímera que en aquellos momentos creíamos vivir, emociones que nacen, crecen se reproducen y NO mueren porque las emociones en la montaña no pueden morir.


En la montaña nada muere y todo se transforma.
Las emociones no pueden morir porque van cargadas de vida, de historias compartidas y vividas entre amigos, de situaciones puras….que sería la vida sin estas emociones?


Vengo de Benasque de compartir muchas horas en la montaña junto a Jordi Tosas y Miguel Carabel, horas en las que he tenido tiempo de aprender, aprender de la forma más pura y pasional que existe y que solo unos pocos tienen el don de enseñar. A Jordi le debo lo que me ha enseñado sobre esquí de montaña y alpinismo en estos dos últimos años, sabe convertir lo difícil en fácil, es capaz de gestionar tus movimientos desde unas simples palabras, Jordi en definitiva es parte de las montañas de forma activa. A Miguel le debo esa tranquilidad que sabe aportar en cada momento de respiro intenso, sus palabras pausadas y serenas están llenas de sinceridad, y sobre todo le debo el sentir que en numerosas bajadas yo tenía un ángel de la guarda velando por donde iban a pasar mis esquíes.

Ellos en cierta manera son los culpables de que dejé en Benasque enormes emociones a mi paso por el Salvaguardia, La Picada,  la Tuca de Bargues etc etc….ellos son parte esencial de estas vivencias entre escaladas  y esquiadas…y si he aprendido algo es que hay alpinismo más allá de los crampones…la vida son emociones así que no paréis de crear y vivir inolvidables emociones, ser felices y buenas fiestas….